Los predadores que dejaron en bancarrota a la provincia de Santa Cruz, ahora apuntan a repetir la operación a escala nacional

Por Guillermo Cherashny


Si bien todavía el gobierno no eliminó el DNU del Fondo del Bicentenario, está claro que le toca poco tiempo de vida, pero en este caso no fue el Congreso como con la 125, sino el juez neoyorquino Thomas Griesa, quien ocupa el cargo en forma vitalicia en el distrito sur de Manhattan.

En los Estados Unidos para ser juez hay que tener un promedio alto de ingresos en los últimos diez años para que el estado le pague un promedio parecido todos los años. La finalidad de esto es que no se corrompan durante su mandato.

El derecho en los Estados Unidos no está en ningún código sino que se basa en la jurisprudencia. Allí se desarrolló la teoría del “alter ego", que significa que si las reservas internacionales de un banco central son pasibles de ser manejadas por su gobierno, dejan de ser inembargables, ya que no respaldan el valor de la moneda y los depósitos de los bancos, de acuerdo al momento de la emisión de los bonos de la deuda pública de ese país.

Esto demuestra que tampoco tendrá éxito ningún decreto correctivo del 2010 que fue redactado en forma confusa, ya que es una mezcla de fondo de garantía y un mecanismo de pago simultáneamente. Este esquema encaja en la teoría del “alter ego”, por lo cual, el juez neoyorquino volvería a embargar las cuentas argentinas en esa ciudad en la cual los bancos con domicilio en la Argentina hacen todas sus operaciones de cambio.

Al mismo tiempo las observaciones de la SEC cuestionaron la propuesta argentina de canje hasta que se solucione el problema del INDEC y la inflación verdadera, aunque el ministro Amado Boudou dice que a fines de febrero se podrá presentar.

Las mentiras estadísticas del INDEC no sólo en lo que hace al costo de vida sino también a los números fiscales del país son también una objeción para el canje con los holdouts. Un país que tiene un déficit fiscal del 5% del PBI, aunque tenga un superávit comercial de U$S 15.000 millones, no da garantías para un pago de la nueva emisión de bonos. No quedaría otra que aceptar la revisión del capítulo cuarto del Fondo Monetario Internacional, alternativa que hasta ahora es inaceptable para el kirchnerismo.

Negocios ante todo

Pero el entorno íntimo de Kirchner está comprado con los bonos actuales de la deuda, lo mismo que gran parte de los bancos locales. Ellos quieren que se realice este canje de cualquier manera y la misma oposición radical quiere que el gobierno lo logre para que puede llegar hasta el 2011.

Pero, como dijimos, las trabas están en Nueva York. Los radicales llevaron una propuesta de Mario Brodersohn que es bastante parecida al Fondo del Bicentenario, pero que no sirve para las necesidades de aumentar el gasto público del gobierno, que es lo único que le interesa a Kirchner.

Si no tiene caja para repartir tiene miedo de que todos se le vengan encima y no pueda responder a esas presiones. Así es que si no fuera por Martín Redrado, la justicia en lo contencioso administrativo y el juez Griesa, las reservas del Central quedarían en peligro de no respaldar la base monetaria y los depósitos, que son sólo U$S 17.000 millones netos.

Hay que tener en cuenta que U$S 24.000 millones son pasivos del Banco Central y, si bien las reservas no son determinantes para fijar el valor del peso, éste vale lo que la gente cree que vale. Y como la confianza sería severamente dañada, estaríamos en problemas serios.

Lo importante es que se le pongan límites de cualquier forma a los grandes predadores que dejaron en bancarrota a la provincia de Santa Cruz y ahora apuntan a repetir la operación a escala nacional.

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