sábado, 30 de enero de 2010

El matrimonio presidencial cree en las mentiras que ellos mismos dibujan

POR Marcelo López Masía

El mito y la leyenda de Napoleón Bonaparte fueron efecto y consecuencia de la propaganda oficial que él mismo difundió por todos los países conquistados. Sus victorias se vieron amplificadas gracias a una hábil propaganda a través de la prensa y del arte, que crearon una imagen ideal de su Ejército y el culto a su persona. Para contrarrestar la leyenda napoleónica, desde 1804 el Gobierno inglés favoreció la edición y la publicación de panfletos y caricaturas contra Napoleón.




El Jefe del Gabinete de Ministros, Aníbal Fernández, reconoció que su programa de televisión preferido es '6,7,8:00', un panegírico kirchnerista que suele dar vergüenza ajena al espectador desprevenido.


Es más, él llegó a confesar que lo hace grabar para no perderse ni una sola emisión.

Luego del estrepitoso fracaso en el intento de marcar la agenda periodística con la publicación de una entrevista dominical exclusiva de Horacio Verbitsky a Néstor Kirchner en el diario Página/12, el patagónico decidió redoblar la apuesta y concurrir en vivo a los estudios de canal 7 para ser la figura rutilante del mencionado engendro "periodìstico".

El rating no pudo ser peor: terminó 5to. en su franja horaria.

El problema de Anibal y Néstor es no haber siquiera leido a un estratega tan conocido como Napoleón Bonaparte.

El emperador francés, quien era un lector metódico desde que se bañaba, en la mañana, hasta la hora de acostarse, devoraba sin pausa la prensa inglesa que se ocupaba día tras día de su persona.

Desde Le Moniteur, el diario oficial de su régimen, Napoleón llegó a escribir articulos terribles contra los periodistas británicos, siendo el más recordado "Contre les journaux anglais".

En una ocasión, un consejero decidió preguntarle porqué tenía tanto interés en repasar artículos que lo maltrataban de semejante manera.

Napoleón le respondió, entonces: "Todo lo que dice la prensa francesa pasa por mi sistema de censura. Yo quiero saber qué piensan de mi los verdaderos enemigos".

El matrimonio presidencial cree en las mentiras que ellos mismos dibujan, tales como las del INdEK; creen en los controles de precios de Guillermo Moreno; creen que llenan plazas y estadios porque la gente los quiere; y creen en las banalidades que les vende un personaje tcomo Diego Gvirtz.

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