Por Nidia G. Osimani
En
“Sociedades Secretas, primer paso”, hablé acerca de la importancia de diferenciar las teorías
“conspirativas” de las “conspiranoicas”, separando así la paja del trigo, procurando no perder de vista la tenue línea demarcatoria entre
lo que hipotéticamente ocurre y “lo que nos quieren hacer creer” que ocurre.
No hay que ir demasiado lejos para advertir la diferencia entre ambas, entre la cantidad de versiones que echa a rodar el poder político de turno en
su intento desesperado por perpetuarse y así cumplimentar el plan que juramentaron ante la elite quien los mantendrá ahí mientras les sean útiles,
insultando nuestra inteligencia toda vez que exhibe a una de sus marionetas en los medios para hablar idioteces descomunales, porque ni imaginación ya les queda para mentir.
Decía entonces que si bien
Popper hablaba en términos de
“explicaciones lógicas producto de una seria y exhaustiva investigación”, lo que la elite global hace es utilizar el mismo formato “teoría” pero
sustentada en falsedades que una gran mayoría “acepta sin mas” al
ser sometida por el miedo.
¿O no es miedo lo que la gente le tiene a este gobierno? ¿No lo dijo acaso la Sra.
Mirtha Legrand hace unos días en relación a su discusión pública con el Jefe de Gabinete
Aníbal Fernández? ¿No dijo ella al aire: “Yo quiero terminar esta discusión acá porque
estos son muy malos, muy vengativos, hacen mucho daño y temo por mi y mi familia?
¿No se dio marcha atrás, precisamente con una marcha programada de famosos para pedir seguridad? ¿Acaso no fue por miedo? ¿Acaso no
fue por los llamados intimidatorios que recibieron? ¿La
llamativa celeridad en controvertidas causas judiciales o su indefinida dilación, no se produce acaso
por el terror que lo jueces les tienen al odio, demencial sed de venganza e insaciable necesidad de sangre que tiene el poder político de turno? Quien no les tema y los desenmascare pasará por un calvario.
Tenemos entonces de nuevo la
“Teoría Conspirativa” por la que sabemos que
el matrimonio gobernante quiere perpetuarse en el poder como Chávez, Correa, Morales, etc., tal como lo hiciera Castro en Cuba, porque su
insaciabilidad de poder, desequilibrio, ambición ilimitada es sumamente útil a la elite que a su vez los obliga, a cambio de mantenerlos allí, a cumplir a rajatabla la parte del
Plan Maestro que les asignaron ya sea por
la vía de la popularidad o por la fuerza, sembrando el terror con intimidaciones de todo tipo.
Asimismo, tenemos la
“Teoría Conspiranoica” (que el gobierno quiere hacer lucir como conspirativa), por la que nos quieren hacer creer que
la derecha golpista, los oligarcas, pretenden derrocar el gobierno. Ambas teorías se sustentan en
las mentiras de siempre que ni vale la pena enumerarlas porque ya perdimos la cuenta.
En realidad el pueblo argentino, con excepción de los que obtienen sustanciales ganancias con su genuflexión,
“estamos tan repodridos” (por ponerlo en términos “académicos”) de esta gente que
quisiéramos ser magos para estar ya en diciembre de 2011 así se termina de una buena vez esta pesadilla.
No les queda ya
ninguna norma más para violar,
ningún negociado más turbio de los que hicieron por hacer,
ninguna mentira más burda para decir,
ninguna fábula más grotesca que contar, ningún
dolor más que acrecentar. Prueba de esto es
el despliegue de errores en los que incurren cada vez con mayor asiduidad.
En materia de
saqueo y perjuicio a sus gobernados las hicieron todas y lo peor es que, según dicen “van por mas”, a lo que uno se pregunta ¿todavía quedará algo más por destruír o saquear?
La dominación por el terror y la aparente instauración de una anarquía (
Estado ausente ante toda necesidad social) no resulta una metodología nueva. Un pueblo sometido a
la ignorancia,
la injusticia social, con sistemas de salud agonizantes, con un sistema judicial que “ve demasiado bien” a quien convenga o no favorecer, con el pánico permanente de la inseguridad, la violencia por y para todo, las epidemias, la medicación adulterada, el flagelo de la droga promovido desde el mismo Estado, con medios masivo de comunicación controlados/amenazados, toda clase de atropellos sobre cualquiera que pueda atreverse a sugerir que el camino es otro, etc. es la fórmula perfecta. Un pueblo aterrado.
No existe tal teoría conspiranoica del derrocamiento, existe una realidad concreta y tangible que se llama “el hartazgo de casi todo el pueblo argentino”.
Como la más grotesca puesta en escena del
“Teatro del Absurdo”, tenemos que soportar las permanentes exposiciones públicas de quien ostenta
la primera magistratura del país, simulando “ser feliz” porque
todo está “pun para arriba” y todo funciona a la perfección, entonces dice:
“Bajó el índice de pobreza, bajó la desocupación, no hay inflación, erradicamos la corrupción en el Estado, no hay ninguna crisis, está todo bajo control,
“la presidenta soy yo”, la gente en junio/2009 nos pidió que profundicemos el modelo,
“tenemos un modelo” (pero no se los podemos contar porque
no es ni económico, ni político, ni social, es el que la elite nos ordena ejecutar para mantenernos en el poder)".
"Vivimos en
democracia, en Argentina hay
libertad de expresión,
el pueblo entero nos quiere -los molestos son los golpistas de derecha-,
nuestro incremento patrimonial exponencial de los últimos años
es el más legítimo que haya existido en la historia de la humanidad,
somos impolutos, necesitamos un
tren bala,
necesitamos las reservas del BCRA,
necesitamos la plata de las AFJP, necesitamos administrar el país sólo en el marco de la
“Contabilidad creativa”
"Nos solidarizamos con
Zelaya en Honduras porque este
Micheletti es un cretino pero que nuestros gobernados que mueren por desnutrición, epidemias controlables, inseguridad, catástrofes naturales evitables, es decir, que
no morirían ni perderían todo si implementáramos las correctas políticas de Estado, esos, que revienten”.
Pero a no desesperar!, el Plan implementado por nuestros gobernantes es la que ofrece las soluciones para salir de la desesperación:
dróguese, alcoholícese, salga de shopping, consuma todo lo más que pueda de todo. Eso nos ahorra un precioso tiempo para instruirnos sobre aquello más elevado que pudiera hacernos mover el seso y
advertir que nos pasan como alambre caído. Consuma, consuma, consuma y será un ser feliz!!!
Los que se atreven a hablar públicamente son unos delirantes o “conspirativos” que lo único que buscan es desestabilizar, como no tienen otra cosa más importante que hacer en sus vidas, se dedican a inventar estas “Teorías”.
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