Mientras oficialistas y opositores cuentan votos estamos con "el agua al cuello"

Por Mónica Gutierrez


El cielo está cargado. Densos nubarrones de tormenta anuncian nuevas tempestades. La presión sostenida genera malestar, enojos y reacciones destempladas. La realidad impone su rigor. En el cielo de la política el “cambio climático” no augura días de bienestar para nadie. Habrá que capear el temporal.

Con la “Batalla del Senado” ya perdida de antemano, el gobierno reza sus oraciones a la Justicia.
Si mañana, tal cual muchos lo aseguran, la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal levanta la medida cautelar que tiene parado el DNU de la discordia, el gobierno podrá llevarse los millones en disputa.

Con “la platita” en la caja, el Aministración K habrá ganado de hecho la partida y lo que haga y diga el Parlamento será puramente virtual.

No se sabe aún si la amenaza de la oposición de llevar a juicio político a dos de los camaristas bajo el cargo de “prevaricato” logrará disuadirlos, por el momento Fernández y Márquez, los jueces en cuestión no la deben estar pasando precisamente bien.

Con 25.000 millones en la calle y otros 24.000 que el BCRA dicen pasará al tesoro, en concepto de utilidades 2009, según el gobierno estaremos en el mejor de los mundos. Cincuenta mil millones para salir a gastar sobre una base monetaria de 115.000 es un “fangote”.

Para los que no leen el diario de Cristina, tanta plata junta lejos de hacernos felices aumentará de manera ostensible el riesgo inflacionario. Sabrá cada cual a quién prefiere creerle.

El común de los mortales, entretanto, deambula atareado por otras cuestiones, conseguir el kilo de asado a once pesos que promociona el inefable Moreno o encontrar algún que otro “corte popular” con el cual “parar la olla”. De lácteos, frutas y otras verduras mejor no hablar.

Mientras oficialistas y opositores cuentan votos, la gente de a pie ve venir la marejada y se manda “a los botes”. No es la primera vez que estamos con "el agua al cuello".