domingo, 28 de marzo de 2010

Montoneros - Crímenes sin castigo - Video Documental

Hablan: Mario Firmenich, Roberto Perdia, Ana Silva, Roberto Bascheti, Rodolfo Galimberti, Atilio López, Elvio Vitale, Leonardo Bettanin, Ernesto Jauretche, Silvia Walger, Chiqui Falcone, Topo Devoto, Susana Malacalza, Juan Carlos Ledes, Ernesto Martínez, Luis Mattini.
Opina: Jorge Lanata


viernes, 26 de marzo de 2010

La verdad que Víctor Hugo no cuenta


Por Pablo Dócimo


El tema "Víctor Hugo" daría para largo, ya que el polifacético locutor, que evidentemente es un talentoso relator de fútbol —el mejor a mi entender, sin dudas—, como periodista deja mucho que desear, puesto que, en temas de la vida cotidiana y sobre todo políticos, tiene una visión sesgada desde su óptica izquierdista, que lo transforma en uno de esos "progres" de hoy en día que nos pone muy nerviosos a los que tenemos otra visión del mundo, y sobre todo de nuestra Argentina contemporánea.

Hoy parecería ser que Víctor Hugo pasó de se ser una de las voces más críticas del kirchnerismo a uno de sus más destacados defensores; pero en realidad, esto no es así. El periodista no defiende a los Kirchner, sino que se defiende a sí mismo.

No es ninguna novedad, ni lo era cuando comenzó el debate por la nueva Ley de medios K, que el archi enemigo de Víctor Hugo es, desde hace muchos años, el Grupo Clarín, pero ¿de dónde proviene ese enfrentamiento tan agudo por su parte hacia el multimedio?

En el año 1980, cuando Radio Mitre trataba de competir con Radio Rivadavia y José María Muñoz, Julio Moyano, propietario de Moyano Producciones, encomendó a Fernando Niembro y Marcelo Araujo para que viajaran a Montevideo y tentaran a Víctor Hugo Morales, que en aquel entonces era el relator estrella en una radio de Montevideo, a incorporarse a Radio Mitre.

Así fue como comenzó a trabajar con Moyano Producciones en Mitre y formar parte del memorable programa deportivo Sport 80, junto a los periodistas: Néstor Ibarra, Fernando Niembro, Marcelo Araujo, Adrián Paenza, Alejandro Apo, Ricardo Ruiz y 'Tití' Fernández, entre otros.

Rápidamente, Sport 80 pasó a ser el programa insignia de la radio.

A partir de ese momento, el locutor uruguayo comenzó a hacerse famoso y destacarse con su excelente e impecable relato, que indudablemente, marcó un punto de inflexión en las transmisiones de fútbol argentinas.

Cuando se licitó Mitre, Moyano Producciones transfirió los contratos de Víctor Hugo, Bernardo Neustad y Juan Carlos Mareco a la sociedad que ganó la licitación.

Sin embargo, a fines de 1981, Morales había sido contratado por Radio Argentina en una cifra multimillonaria para, entre otros proyectos, relatar el Mundial de Fútbol que se jugó en España en 1982.

Aquella experiencia de Radio Argentina fue un desastre para muchos, incluyendo a Bernardo Neustadt y Mariano Grondona, quienes también fueron convocados para el fallido proyecto radial.

Simultáneamente, Víctor Hugo le inició un juicio a Radio Mitre porque afirmó que Julio Moyano no le permitió relatar el último partido de Boca Juniors del campeonato de 1981 por irse de Mitre sin negociar con la emisora una alternativa de continuidad en la misma, por lo que el relator esgrimió en el juicio “no haber podido beneficiarse económicamente con la venta de discos con los goles de Boca, que se consagró campeón, por no haber podido relatar el último encuentro.”.

Víctor Hugo ganó el juicio, que fue incorporado al precio de compra que pagó Clarín por la adquisición de Mitre.

Por lo tanto, el Grupo tuvo que indemnizar a Víctor Hugo con US$ 400.000, en concepto de sueldos, más dos pasajes por año a Europa y el valor de dos automóviles 0 Km. también anuales.

Evidentemente, en ese entonces, Víctor Hugo no imaginaba que el Grupo Clarín iba a manejar, entre otras cosas, el fútbol, su principal fuente de ingresos.

Lógicamente, luego de este episodio, Clarín le cerró las puertas al relator uruguayo. ¿Qué empresa contrataría a una persona que le haya hecho semejante juicio?

Y así, Morales comenzó a bombardear al grupo, invadido tal vez por un poco de celos y otro poco por envidia. Esta es, ni más ni menos, la verdad que Víctor Hugo no cuenta.

Lejos quedó ya aquella visión crítica e independiente del kirchnerismo, como cuando por orden del Gobierno Nacional lo echaron de Canal 7, como además parecen haber quedado, no sólo lejos, sino también en el olvido, aquellos reclamos cuando en agosto de 2008, mediante la Resolución 646, el interventor del entonces denominado ComFeR, Gabriel Mariotto, le había prohibido a Prisa transmitir la programación de su AM, Continental, en la FM 104.3.

En aquel entonces, Morales aparecía por cualquier medio que le fuera posible para decir que el gobierno tomaba represalias con Radio Continental, y con él en particular, por su postura en relación al conflicto con el campo.

Hoy, Víctor Hugo no defiende al kirchnerismo porque está convencido de que tanto la estatización de la televisación del fútbol como la nueva Ley de Medios K son beneficiosas para el país o la ciudadanía, defiende al kirchnerismo porque estas medidas perjudican a Clarín, y sobrepone su interés personal por sobre todas las cosas. Es simplemente eso.

jueves, 25 de marzo de 2010

A los Kirchner no les pasó nada: siempre fueron iguales


Por Jorge Fontevecchia

El director de la Editorial Sudamericana, Pablo Avelluto, me envió un mail que decía: “Te pido que le eches una mirada al libro de Ernesto Tenembaum que estamos publicando este mes. Se llama ¿Qué les pasó?

Me parece que tiene algunos elementos que te pueden llamar la atención: es el primer periodista que acepta públicamente haber creído en el kirchnerismo y haberse desengañado luego.

Plantea la historia de estos años desde la microhistoria, las rupturas con los amigos tras su incorporación a Radio Mitre, sus vivencias del conflicto entre el Grupo Clarín y el Gobierno y el modo en que se astilló la estructura comunicacional argentina”.

Ernesto Tenembaum me había enviado un ejemplar que vino con la siguiente nota: “Creo que este libro es un intento por entender qué nos pasó en estos años tan intensos, complejos y apasionados, para comprender el lío en el que estamos metidos. Ojalá sirva y te guste. He discutido mucho, mentalmente, con tus muy buenas contratapas. Alguna vez, quizá, lo hablemos personalmente”.


Leí su libro. Está muy bien escrito y lo disfruté mucho. Pero no pude –aunque me gustaría– coincidir con la tesis de que hubo dos Kirchner: uno en sus primeros años de gobierno, el que conquistó al autor y a muchos más, y otro diferente después: el actual. Desde ese punto de partida, Tenembaum se pregunta y trata de explicarse “qué les pasó” a Kirchner y a su esposa, que de aquellos “ángeles” se convirtieron en estos demonios.

Al revés, coincido con la posición que da Nelson Castro en la propia y honesta solapa del libro de Tenembaum: “La pregunta del título –¿Qué les pasó?– tiene varias respuestas. Algunos pensamos que a los Kirchner no les ocurrió nada: siempre fueron iguales. Ernesto da aquí su propia perspectiva en un texto, al mismo tiempo, descarnado, apasionante y revelador”.

Es cierto que a partir de 2003 Kirchner nombró la Corte Suprema de Justicia más independiente y valorada de muchas décadas y promovió nuevos juicios a los ex represores. Pero al mismo tiempo apoyaba al único grupo de medios que siguió defendiendo la memoria de la dictadura y algunos de sus legados militaristas, por entonces Radio 10 y Canal 9, conducidos por Daniel Hadad.

Aunque los fines fueran nobles, ¿podía enamorar alguien para quien el fin justifica los medios justo en un tema como el de los derechos humanos, donde la autoridad moral es más trascendente que la intelectual? (En la página 66 de su libro, Tenembaun escribe: “Durante 2004, Canal 9, de Daniel Hadad, multiplicó por diez la publicidad oficial, de 650 mil pesos a 6 millones y medio”).

Tenembaum también escribe: “Hay cazadores de brujas para los cuales es un pecado ser kirchnerista, o no serlo, o haberlo sido, o haberlos insultado con toda el alma. Fui un poco de todo eso, en distintos tiempos”. En ese sentido, el autor de ¿Qué les pasó? representa al argentino medio que simpatizó con Kirchner y luego lo repudió. Creo que eso es igual a equivocarse dos veces. Porque ni Kirchner fue un patriota que mereciera admiración en 2003 ni corresponde que hoy sea “insultado con toda el alma”.

En lugar de preguntarse qué les pasó a los Kirchner que cambiaron, lo correcto sería preguntarse qué les pasó a quienes creyeron que Kirchner era distinto de lo que era y ahora, o más precisamente desde mediados de 2008, tras el conflicto con el campo, cambiaron de opinión sobre los Kirchner.

La pregunta es aún más pertinente teniendo en cuenta que a muchos de ellos ya les pasó lo mismo con Menem, con De la Rúa y con Alfonsín, a quienes apoyaron jubilosamente y luego insultaron con ira. Si con ex presidentes de tan diferentes calidades personales e intelectuales se repite el ciclo donde quien comenzó aplaudido terminó maldecido, ¿no habría que pensar que algún problema también hay en quienes adhieren y luego rechazan?

Si se equivocaran dos veces, ¿no se recrea la situación para volver a caer en el mismo círculo donde el próximo presidente, por contraposición con el “diablo” que se deja atrás, también sea vitoreado al principio para, por exceso de ilusión inicial, nuevamente desembocar en otra desilusión enojosa?

Desde el periodismo son posibles otras posiciones. Por ejemplo, considerar la crítica continua aun de lo que está bien encaminado (y obviamente de lo que está mal) como una contribución a la mejora porque aun en lo bueno hay cosas malas que corregir.

El origen del problema se desarrolla justamente en el primer capítulo del libro de Tenembaum titulado “Los enemigos”. Allí cuenta qué le sucedió durante un reportaje a Jorge Rivas, el socialista ex vicejefe de Gabinete del gobierno de Kirchner, quien tuvo que dejar su cargo porque durante un robo recibió un golpe que lo dejó sin poder moverse ni hablar. El reportaje se hizo recién cuando pudo volver a comunicarse gracias a una computadora adecuada especialmente para mover el cursor en la misma dirección que Rivas movía su cabeza, de esta forma elegía letras que formaban palabras que luego se transformaban en sonidos emitidos por el parlante de la computadora.

Tenembaum le pregunta a Rivas a quién votó, y él responde:

—A Kirchner.

—¿Y qué es lo que más te entusiasma de él?

—Los enemigos.

El autor de ¿Qué les pasó? nos cuenta que luego, con la voz de metal de la computadora, repitió: “Los e-ne-mi-gos”, y Rivas agregó: “A mí también Clarín me pone nervioso”. Este final motivó la reflexión de Tenembaum porque a él mismo, hace seis años, los enemigos de Kirchner lo acercaron a Kirchner. Algo que ya, por lo menos parcialmente, no podía seguir haciendo porque trabaja para dos empresas del Grupo Clarín donde, justamente, iba a difundir ese reportaje.

En ¿Qué les pasó? se cuenta que no pocos eran los que sostenían que si “Kirchner estaba contra la Iglesia, contra los militares, contra Clarín y contra los Estados Unidos, no podía ser malo”. Equivocarse dos veces sería ahora decir que si “Redrado, Carrió, Reutemann, o quien fuere están en contra de Kirchner, no pueden ser malos”.

Y Tenembaum reproduce un párrafo del libro El juego del ángel, del español Carlos Zafón, que dice: “La mayoría de nosotros, nos demos cuenta o no, nos definimos por oposición a algo o a alguien más que a favor de algo o alguien (…) Nada aviva la fe y el celo del dogma como un buen antagonista. (…) Una de las funciones de nuestro villano debe ser permitirnos adoptar el papel de víctimas y reclamar nuestra superioridad moral. Proyectaremos en él todo lo que somos incapaces de reconocer en nosotros mismos y demonizamos de acuerdo a nuestros intereses. Basta convencer al santurrón que está libre de pecado para que empiece a tirar piedras”.

sábado, 20 de marzo de 2010

Como dijo el senador Luis Alberto Viana fue una "reunión social en la que sólo" habló la presidenta


Como en otros tiempos, hubo asado compartido por legisladores y funcionarios oficialistas en el Quincho de Olivos. Lo encabezó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, de quien sus invitados debieron escuchar un discurso de aproximadamente una hora en el que hubo, amén de algunas anécdotas sobre su pasado político, una renovada carga contra la oposición.


El encuentro fue, sobre todo, un asado de camaradería para mantener la unidad K en las Cámaras. Pero en su discurso, la presidenta no hizo mención a la estrategia legislativa –más allá de algún llamado al diálogo y a "evitar que la oposición choque el Parlamento"- ni a la coparticipación del impuesto al cheque que la oposición quiere modificar. En la reunión hubo un faltazo notorio, el del senador misionero Luis Alberto Viana, que avisó además que votará con la oposición en el impuesto al cheque.

En el quincho de la residencia de Olivos, Cristina sostuvo que el balance del Legislativo era "absolutamente positivo" cuando el kirchnerismo tenía la mayoría pero que eso cambió cuando "el grupo A (la oposición) llegó al Parlamento". "Nunca se vio una cosa igual a la que se está viendo en el Senado. Nunca se vio un escenario de gente que no sabe qué hacer. Y hay una razón sencilla: (los opositores) no son una mayoría política; tienen diferencias; tienen proyectos encontrados", atizó la Presidenta.

En más de un pasaje, hizo mención al pasado de los opositores por la Alianza que llevó al Gobierno de Fernando de la Rúa, aunque con una comparación negativa para los dirigentes actuales: el arco opositor actual, dijo, "es más heterogéneo, menos consistente, menos armónico que la Alianza". Sin nombrarlo, del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, dijo que "no hace nada" y les echa la culpa a otros.

También abundó en los cuestionamientos a la jueza María José Sarmiento, que en enero falló dos veces contra el Gobierno en el marco del conflicto por las reservas y cuyo padre, el coronel retirado Luis Alberto Sarmiento, sufrió ayer una orden de detención luego revocada en el marco de una megacausa por Derechos Humanos que se sustancia en Misiones. Cristina aseguró que el Poder Ejecutivo no sabía que la Secretaría de Derechos Humanos "había querellado al padre de esta jueza" y que, de haberlo sabido, la hubieran recusado. Pero también resaltó que la situación era causal no sólo para la recusación sino también para "la excusación" por parte de la magistrada.

A los legisladores que la estaban escuchando, les agradeció "la pelea que dan todos los días" y los llamó a dar "mucho debate pero también mucha explicitación y relato público de lo que pasa". También elogió distintas medidas de su Gobierno, sostuvo que "la economía anda muy bien" y anticipó que pronto habrá novedades sobre el canje de deuda.

El de hoy fue el primer asado kirchnerista con los legisladores oficialistas, algo que era habitual en los gobiernos de Eduardo Duhalde y Carlos Menem. En la mesa presidencial -la de Cristina- estuvieron los jefes de las bancadas K en Diputados, Agustín Rossi, y el Senado, Miguel Pichetto; el vicepresidente provisional del Senado, José Pampuro; y el titular de la Cámara baja, Eduardo Fellner. Otra de las presencias centrales fue la del ex presidente y hoy diputado Néstor Kirchner.

El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, llegó a la quinta presidencial más bien tarde, alrededor de las 12:45. Otros llegaron antes del mediodía. Algunos llegaron con pequeños anuncios: el titular de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de Diputados, Gustavo Marconatto, confirmó que el ministro de Economía Amado Boudou fue convocado para el jueves a las 18 al plenario de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y Economía y Finanzas (era lo que pedía Boudou, que con la excusa de que iría de una vez a las dos comisiones había dejado plantados a los diputados de Finanzas que lo habían citado).

El que no apareció por la quinta fue el senador kirchnerista por Misiones Viana, quien, además, calificó al almuerzo como una "reunión social en la que sólo" hablaría la presidenta. Viana comenzó a tomar distancia del bloque al que pertenece (el K) al anticipar que votará junto con la oposición a favor de aumentar la parte coparticipable del impuesto al cheque, que hoy va mayormente a las arcas de la Nación. Con el gesto de hoy, parece haberse alejado un poco más.

Fuente: Clarín

viernes, 19 de marzo de 2010

China National Offshore Oil Corporation de la mano de Bridas llega a Argentina

Por Marcelo Zlotogwiazda


Los chinos vienen marchando

Con la adquisición de la mitad de Bridas a un precio de 3.100 millones de dólares por parte de la China National Offshore Oil Corporation (CNOOC), la segunda potencia mundial finalmente llega a la Argentina en su arrollador proceso de expansión en pos de asegurarse materias primas que le permitan mantener su extraordinario crecimiento.

Hace muchos años que los chinos emprendieron la misión estratégica de invertir en el extranjero para garantizarse fuentes de abastecimiento de insumos clave. El petróleo fue el objetivo prioritario, por su importancia fundamental en la producción y debido a que desde 1993 China pasó a ser un importador neto de crudo. Fue ahí cuando decidieron fortalecer, modernizar y financiar a las empresas del sector para salir a conquistar el mundo. A través de CNOOC, de China National Petroleum Company y de Sinopec, hoy disponen de yacimientos en varias partes del mundo. La compra del 50 por ciento de Bridas es un eslabón más de esa larga cadena.

La novedad no está dada por el petróleo. La novedad es que el capital chino logra pisar fuerte por primera vez en la Argentina, un país que hasta ahora había quedado bastante al margen de una expansión que ya tiene fuerte presencia en América latina:

- En Brasil los chinos están asociados a Petrobras y la financian con miles de millones de dólares para la exploración y explotación marítima, también trabajan junto con el conglomerado siderúrgico Vale Do Rio Doce, y comparten proyectos con la fábrica de aviones Embraer, por citar algunos ejemplos.

- En Chile, además del Tratado de Libre Comercio (TLC) que firmaron con Michelle Bachelet hace unos años, los chinos realizan inversiones junto con la estatal Codelco en el sector cuprífero, y tienen avanzados planes para desarrollar en el norte estructura portuaria que sea funcional a los flujos comerciales por el Océano Pacífico.

- Con Perú también firmaron un TLC, y además participan en negocios de extracción de minerales, de pescado y de petróleo. La CNPC pagó hace un tiempo 200 millones de dólares por la filial peruana de la argentina Pluspetrol. Perú Copper se vendió a la estatal china Aluminium Corp en alrededor de 800 millones de dólares.

- En Ecuador la china Andes Petroleum adquirió activos canadienses por 1.400 millones de dólares y en julio del año pasado el gobierno de Rafael Correa recibió un préstamo de 1.000 millones de dólares a cambio de petróleo.

- En Bolivia los chinos tienen comprometidas inversiones por más de 1.000 millones de dólares en petróleo y gas en sociedad con Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos.

- En la Venezuela de Hugo Chávez las inversiones rondan los 5.000 millones de dólares por año, sólo en el sector de hidrocarburos.

Con la Argentina era diferente. Si bien cinco años atrás, luego de una gira por China del entonces presidente Néstor Kirchner, se anunció que iban a llegar inversiones chinas por 20.000 millones de dólares destinadas a obras energéticas, vivienda, ferrocarriles (fue la primera vez que se habló de un tren de alta velocidad Buenos Aires-Córdoba), caminos, turismo, etc., nada de eso sucedió.

La relación económica continuó dominada por el intercambio comercial, que sí registró un vertiginoso incremento. El comercio bilateral subió un 120 por ciento en el cuatrienio 2003-2007, y en 2008 siguió aumentando hasta rozar los 14.000 millones de dólares: para entonces China se había convertido en el segundo comprador de la Argentina con 6.600 millones de dólares (casi un 10 por ciento del total de exportaciones), y en uno de los tres principales proveedores.

Claro que con una composición muy desbalanceada, ya que mientras el grueso de las ventas a China son materias primas y derivados oleaginosos, en las compras predominan bienes con mucho mayor valor agregado.

Pero en cuanto a inversiones productivas o adquisiciones de capital, el único antecedente significativo fue el infructuoso intento de CNOOC por comprarle a Repsol el 85 por ciento que conserva en YPF.

Recién a partir de este año se reactivó el interés. Durante la gira por China que en enero encabezó el canciller Jorge Taiana se firmaron acuerdos que incluyen compromisos de inversión en minería en el Norte, y muy fuertes desembolsos para aumentar considerablemente la capacidad de transporte del Belgrano Cargas. (Que en su expansión por la Argentina los chinos se interesen en los ferrocarriles parece un déjà-vu de la presencia imperial inglesa del siglo XIX.)

Cristina se bajó a último momento de ese viaje largamente programado con la excusa de que no quería dejarle el mando presidencial a Julio Cobos en medio del conflicto que se había desatado por el uso de reservas para pagar deuda.

Curiosamente, la crisis la había provocado Martín Redrado, quien había sido el gestor del único hecho concreto de relevancia en la relación bilateral del 2009: el swap entre pesos y yuanes por el equivalente a 10.000 millones de dólares, por el cual en medio de la crisis mundial el Banco Central argentino se aseguraba por un plazo de tres años el acceso contingente a ese monto de reservas en moneda china.

Si hay algo que no les falta a los chinos es dinero, reservas y financiamiento. Además de los fondos propios de sus corporaciones, el gobierno no cesa de acumular reservas que ya superan los 2 billones de dólares, a lo que se agrega la conformación de un Fondo Soberano que cuenta con cerca de 300.000 millones de dólares.

Con la compra de la mitad de Bridas, CNOOC toma control del 20 por ciento de Pan American Energy, una compañía donde British Petroleum posee el restante 60 por ciento. PAE es la segunda productora de petróleo y gas del país, cuenta con la mayor cantidad de reservas certificadas, y para su principal yacimiento (Golfo de San Jorge) consiguió que la concesión fuera extendida por el gobierno de Chubut a 40 años.

¿Es una buena o una mala noticia? Un elemento para tener en cuenta: en 2005 CNOOC ofreció 18.500 millones de dólares por la petrolera estadounidense Unocal, y la operación se abortó por el rechazo de demócratas y de republicanos.

Mis Gloriosos Hermanos


Por Ernesto Tenembaum


El poder de un libro

Hace pocos días, un gran amigo les regaló a mis hijos un libro que marcó mucho mi adolescencia. Se llama Mis gloriosos hermanos y su autor es el norteamericano Howard Fast. Se trata de un relato épico sobre la revuelta del pueblo judío contra el imperio asirio ocurrida un siglo y medio antes de Cristo. “Por espacio de tres décadas libraron una batalla que, como esfuerzo de resistencia y liberación, casi no tiene paralelo en la historia de la humanidad”, cuenta el autor, en la primera página.

Lo leí por primera vez hace unos treinta años y recuerdo que es una variante hermosa y turbulenta de la leyenda de David contra Goliat, el pequeño que enfrenta al gigante, el débil que enfrenta al fuerte, la cual se repite, cíclicamente, en distintos episodios de la historia del pueblo judío. Entrado el siglo XX, el relato de la rebelión del gueto de Varsovia, su lugar central en la autopercepción judía posterior al Holocausto tiene, quizás, el mismo sentido, la misma mística.

Otro amigo que, en estos mismos días, publicó un libro de su autoría, me decía: “No sé. Veo sobre la mesa un par de ejemplares de mi libro y no lo puedo creer. Me da vergüenza, pudor, orgullo, le reconozco al tema una importancia que sólo yo le doy. Sé que va a quedar en la historia de mi vida. Para siempre, lo voy a mirar en mi biblioteca... si es que en unas décadas las bibliotecas existen, y si es que los libros existen”.

¿Existirán los libros y las bibliotecas cuando mi amigo sea bisabuelo y, cada tanto, eche una mirada vanidosa a su propia –y pequeña, hay que decirlo– obra?

Mis gloriosos hermanos fue publicado por primera vez en 1948. “Fue, en cierto sentido –escribió Fast–, la primera lucha moderna por la libertad y estableció una pauta que siguieron muchos movimientos posteriores. Esa historia... es la que he tratado de narrar aquí, pues considero que en esta época problemática y amarga es útil y necesario recordar la antigua entereza del género humano.” El ejemplar que llegó a manos de mis hijos era el último que quedaba en la ciudad de La Plata y fue editado en 1995, es decir, hace quince años.

Yo no creo que los libros dejen de existir. Por alguna razón extraña, muchas personas creen que los avances tecnológicos desplazan a sus predecesores en lugar de superponerse a ellos como capas geológicas. ¿Quién iba a seguir leyendo diarios desde el momento en que apareció la radio? ¿Y quién seguiría escuchando radio luego de la aparición de la tele? ¿Para qué serviría ir al cine luego del descubrimiento del reproductor de video? ¿A quién se le va a ocurrir acumular libros si se podrá tener miles de esos libros archivados en una aparatito liviano y pequeño como una caja de fósforos? Tiene su lógica el razonamiento, pero algo hace que algunas cosas –como los diarios de papel, la radio, los libros– perduren.

Quizá las nuevas generaciones encuentren en el brillo de una pantallita la belleza que nosotros sentimos en ese olor a tinta que inunda cuando uno entierra la cara en un libro recién impreso, en la intimidad de la relación entre un lector y un libro –que no se produce con la dichosa pantallita–, en el tempo tan particular que significa sentarse con ese objeto y empezar a recorrerlo, y mirar con cierto orgullo, digno quizá de mejores causas, a medida que el señalador avanza y refleja el camino recorrido.

Hay otro motivo por el que, seguramente, los libros no dejarán de existir. Muchas personas les atribuyen un poder casi mágico, que obviamente no tienen. Grandes novelas tienen como protagonistas a libros poderosos, y es difícil que alguna vez en ellas aparezcan “ordenadores”, como dicen los gallegos, en un lugar tan mágico, misterioso, intrigante.

En el segundo tomo de Harry Potter, por ejemplo, es un libro el que expresa los designios del maléfico Voldemort. Y en El nombre de la rosa, el asesino mata a través de incitar a sus víctimas a la lectura de un libro maldito. “Huye de los profetas y de los que están dispuestos a morir por la verdad, porque antes suelen provocar también la muerte de muchos otros, a menudo antes que la propia y a veces en lugar de la propia...

Quizá la tarea del que ama a los hombres consiste en lograr que estos se rían da la verdad, lograr que la verdad ría, porque la única verdad consiste en liberarnos de la insana pasión por la verdad”, concluye, curiosamente, ese texto. ¿Se imaginan esas palabras en una pantalla tipo iphone? En El juego del ángel, de Carlos Ruiz Zafón, el diablo, disfrazado de editor de libros, intenta convencer a un autor –tamaña ingenuidad– para que escriba un libro fundante de una nueva religión.

Es raro, apenas se trata de objetos pero despiertan imaginación, paranoia, pasiones encontradas, como si no fueran sólo letras que se leen más o menos rápido, y se olvidan la mayoría de las veces. Los libros son leídos por una ínfima porción de una sociedad, y –en general– logran alguna trascendencia sólo si expresan un fenómeno social subyacente.

O sea: que no valen por sí mismos. Pero, a lo largo de la historia, dictadores, o gobernantes con algún costado fascistón, o sus amanuenses y alcahuetes, han quemado libros, los han prohibido, han perseguido a sus autores, los han obligado a retractarse o han orquestado campañas de difamación contra ellos, tan pequeñas como autodenigrantes.

Se los ha temido desde la izquierda y desde la derecha. Siempre, en la historia de los seres humanos, ha habido personajes menores dispuestos –curiosamente– a ensañarse con libros que no han leído, a defender a sus líderes atacando a quienes publican textos que puedan ofenderlos.



Y todo sin ningún sentido.



Howard Fast, el autor de Mis gloriosos hermanos, supo de ello porque –pese a haber sido leal a su país durante la Segunda Guerra– era un judío comunista que fue encarcelado durante el macartismo. Entre rejas escribió Espartaco, su novela más famosa, que trataba de una rebelión de esclavos en la Antigua Roma. Edgar Hoover hizo lo imposible para que el texto no se publicara –los libros, siempre los libros–. Pero fue derrotado. En 1960 se estrenó la película, interpretada en el cine por Kirk Douglas y Laurence Olivier. Parece que Fast era de esos tipos valiosos pero confundidos, que en 1953 recibió el premio Stalin de la paz, pero en 1956 dejó el comunismo por el espanto de la represión comunista en Hungría. Hubo muchos de ellos en aquellos tiempos.

En cualquier caso, dejó varios libros. Uno de ellos, mi preferido, es Mis gloriosos hermanos. Ojalá mis pibes dejen un rato de jugar a la wii, para poder leerlo de nuevo, ahora con ellos. Es una edición de tapa dura. En la dedicatoria dice: “A todos los hombres, judíos y gentiles, que dieron su vida en la antigua e inacabada lucha por la libertad y la dignidad humanas”.



Ustedes disculpen, pero los dejo. Creo que me voy a pasar un buen rato.

Para reflexionar, el problema está en nosotros

jueves, 18 de marzo de 2010

"El abuso de poder no lo hacen los dictadores como era antes y esto es inexcusable"


Enrique Pinti, el mejor humorista político de estos tiempos, se refiere al Bicentenario.

-Creo que nosotros por 200 años hemos pasado por pocas cosas. Primero Colonia, después República, después Anarquía, la guerra del Paraguay que la armamos nosotros, la Triple Alianza y la guerra de las Malvinas en 1982 que duró 2 meses. Me parece que tenemos una ventaja por sobre Europa del siglo XX que han pasado guerras, hambre, etc. Si nos ponemos a pensar desde esa perspectiva histórica, no nos ha pasado nada, sólo Gobiernos.



Todos los Gobiernos tienen como una especie de ácido lisérgico que es el poder, que les hace ver un país, no virtual solamente, una visión, como si usaran LSD. Entonces ven un país que no sólo es virtual sino fantasmagórica. Van pasando por una serie de etapas donde niegan la realidad porque mucha de esta gente que llega al poder no es la más capacitada.

Las instituciones están muy complicadas porque, como ahora hemos tenido veintipico de años de democracia, el abuso de poder no lo hacen los dictadores como era antes. Ahora las instituciones han empezado a funcionar, entonces el abuso de poder lo comete la gente que está en la democracia, esto es inexcusable. Por eso creo que las instituciones necesitan una limpieza a fondo. Yo eliminaría para siempre de la política a los punteros, para mi eso es un horror.

Siempre hay esperanza porque nosotros tenemos un país que sigue siendo potencialmente fantástico, hay que ponerlo en movimiento dejando rencores, estupideces y chicanas políticas de cuarta.

Tengo esperanza de que esta inmadurez va a terminar, a lo mejor una nueva generación de políticos que ya no tengan los rencores acumulados de tantos años atrás puedan hacer algo. Si nacieron como punteros y se vendieron al peor postor, no sirven para nada.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Los errores del pasado: ¿Por qué fracasó la Alianza?


Por Marcos Novaro

¿Por qué fracasó la Alianza? Es una pregunta que muchos se hacen hoy en día, Y que muchos más necesitan hacerse para no volver a cometer los errores del pasado. Y esto porque, contra lo que hasta hace muy poco parecía un parámetro irreversible de la política argentina (que "nunca más" habría un presidente radical ni una coalición gobernante que girara en torno al radicalismo) hoy se nos presenta como bastante probable la circunstancia de que esa "historia conocida" se repita, y con ella la oportunidad de que fracase por las mismas causas.

Para evitarlo hay que empezar por saber cuáles fueron. Al respecto hay unos cuantos debates económicos en curso. Pero los más importantes, y los que están más verdes, son los aspectos políticos del problema. Así lo ha revelado en estos días Elisa Carrió: creyendo que daba una buena explicación de los mismos, lo que en verdad hizo fue dar ejemplo de lo fácil que es ser víctima de ellos.

Veamos: su argumento fue que los "malos radicales" están en este momento tomando el control de ese partido, esto es, alejándolo de sus manos, las de Carrió, y que por ese camino terminarán por "repetir lo de la Alianza". Carrió puso en práctica así, tal vez sin saberlo, la misma pauta que imperó casi siempre en la relación entre quienes conducían la coalición UCR-Frepaso: la permanente disposición a "hacerle la interna" a los aliados, debilitar lo más posible su cohesión, para tratar de absorber sus sectores más afines y, finalmente, quedarse con sus bases electorales. En aquella época eso se llamaba "transversalidad".

Y es la misma fórmula que años después utilizaría, aún con más éxito y desenfado, el kirchnerismo para cooptar a los sectores afines de cada fuerza política existente en el convulsionado escenario post 2001. Así Kirchner creó una coalición "progresista" mucho más amplia y consistente que todo lo hasta entonces conocido. Y creyó, igual que antes había creído y ahora volvía a creer Carlos Alvarez, que podría disolver los tradicionales clivajes de la política argentina y reemplazarlos por otros nuevos, más representativos, más productivos, en suma, mejores.

La idea subyacente a esta pretensión es bastante más antigua que esos líderes. Es casi tan vieja como esos mismos partidos que se busca descomponer y recomponer en nuevas formaciones: parte del supuesto (que por cierto no carece de asidero), de que los intereses y las ideologías están mal agrupados dentro de los partidos argentinos (los obreros están con los conservadores, las clases medias acomodadas con los reformistas sociales y cosas por el estilo), y que esa es una causa fundamental de nuestra inestabilidad política. Para tener una mejor política, hay por tanto que empezar por agruparlos "bien", antes de empezar a preocuparse por cuestiones más instrumentales y secundarias, como el Estado, las políticas públicas, y cosas por el estilo.

Si uno pasa revista a nuestra historia reciente, puede ver que todos los gobiernos gastaron buena parte de sus energías en "hacerle la interna" a los otros, incluso a sus aliados. Lo hicieron los radicales frente al peronismo, pero también, como se ha visto con Kirchner, los peronistas con los radicales, e incluso los militares con todos ellos.

El resultado siempre fue decepcionante. A fines de los noventa, cuando "pareció" que la ambigüedad peronista había terminado y el PJ ya sólo podría representar intereses e ideas conservadores, muchos radicales y frepasistas creyeron que había llegado el momento de aclarar las cosas, y de formar una gran coalición progresista que absorbiera las banderas distribucionistas y los votos obreros.

Pero visto desde el Frepaso, hacerlo también exigía terminar con la "anomalía" radical, la que permitía que dentro de la coalición habitara un conservador como De la Rúa, y que Menem con sus políticas también había puesto en crisis. En tanto que para los radicales que soñaban todavía con una UCR socialdemócrata la solución era la inversa, reabsorber al progresismo que se había fugado hacia el Frepaso por las propias falencias, para lograr lo que ya había intentado Alfonsín sin éxito en los ochenta, ahora que las circunstancias eran favorables.

Es así como la Alianza se concibió, desde cada uno de los socios, como el camino más corto para arrebatarle al aliado su razón de ser, absorber sus sectores más afines y completar la tarea de "clarificación" que Menem había empezado. Por supuesto, no fue este el único inconveniente que tuvo la Alianza. Pero ayudó bastante a que sus dirigentes ocuparan gran parte de su atención en menesteres facciosos y se debilitara la confianza entre sus partes.

Y es que no existía ninguna predisposición a fortalecer a los aliados, todo lo contrario: el acuerdo se hizo con la inconfesable previsión de que pronto sería irrelevante, porque la contraparte estaría mucho más débil, o directamente habría sido absorbida como porción menor de la propia fuerza.

Algo que hemos visto se repitió en la experiencia reciente de la Concertación Plural. Y en alguna medida también ha signado la suerte de la Coalición Cívica: ninguno de ellos ha sido una auténtica coalición entre partidos, son fórmulas transversales orientadas a fusionar a las partes en un magma que luego se verá cómo se institucionaliza.

En suma, si la Alianza fracasó fue al menos en parte por lo mismo que han fracasado otros muchos experimentos políticos que en vez de consolidar las fuerzas políticas existentes apuntan a disolverlas para crear otras nuevas.

Estos experimentos en ocasiones logran hacer lo primero, pero recurrentemente fracasan en su promesa de "barajar y dar de nuevo", reordenar de raíz el sistema de partidos para terminar con la "vieja política".

Tal vez el mejor camino para no repetir los errores de entonces sea crear una verdadera coalición de partidos, fundada en el respeto de la conducción, la organización y las bases políticas de las contrapartes, y dedicarse a esos menesteres que entre nosotros suelen parecer secundarios, como es el desarrollar las mejores políticas públicas que sea posible.

Frenar la ofensiva de la oposición sobre la caja es el objetivo prioritario de Kirchner

Por Rosendo Fraga


Kirchner buscó retomar la iniciativa política reasumiendo la conducción del PJ y duplicó la apuesta al anunciar que retendrá el poder hasta 2020. Se trata de un anuncio que apunta a transmitir entusiasmo a la militancia oficialista, en momentos que el Gobierno se debilita.

El ex presidente busca recomponer la unidad del PJ, sin la cual no podrá mantener la gobernabilidad en 2010 y 2011.

Como respuesta inmediata, renunciaron a la conducción partidaria el senador nacional salteño Juan Carlos Romero, el diputado nacional Felipe Solá y el ex Jefe de Gabinete Alberto Fernández, mostrando que no será fácil convencer a los disidentes.

Pero el oficialismo intenta que el ex gobernador de Córdoba, José Manuel De la Sota, retorne a la conducción partidaria. La denuncia de la existencia de un golpe destituyente estuvo en el discurso que pronunció Néstor Kirchner en el acto realizado para conmemorar el triunfo de Cámpora en 1973 y al día siguiente fue reiterada por su esposa, al referirse al intento de la oposición de impedir el acuerdo para la designación de la nueva Presidente del Banco Central (Marcó del Pont).

A su vez la diputada kirchnerista Diana Conti presentó el proyecto de ley para que cuando el Vicepresidente Cobos ejerza el poder, no pueda modificar las políticas del Ejecutivo; por su parte el diputado oficialista Alejandro Rossi insistió con su proyecto para investigar los antecedentes personales, familiares e ideológicos de los jueces; diputados oficialistas presentaron a la Justicia una demanda para que se anule la elección de autoridades en las comisiones del Senado, impuestas por la oposición; el Secretario de Comercio (Moreno) irrumpió en una reunión del Directorio de la empresa Papel Prensa, confirmando que el conflicto con los medios sigue siendo prioritario para el kirchnerismo.

La oposición mostró un retroceso al no poder impedir la designación de Marco del Pont, pero a la vez tuvo un avance al lograr el despacho de comisión para coparticipar el impuesto al cheque. La pareja relación de fuerzas existente en el Senado hace que varios senadores independientes de origen justicialista, pretendan ser el fiel de la balanza, potenciando su poder de negociación.

Hace tres semanas, Carlos Menem postergó por una semana la elección de las autoridades de las Comisiones del Senado y la semana pasada dos senadoras (Latorre y Bongiorno), que en aquel tema habían votado con la oposición, al tratarse el acuerdo para Marcó del Pont se sumaron al oficialismo. Pero en el proyecto de coparticiparon del impuesto al cheque -que implica la pérdida para el estado nacional 12.000 millones de pesos a favor de las provincias- la oposición puede volver a imponerse.

En Diputados avanza un proyecto para coparticipar los ATN que en forma arbitraria distribuye el Ejecutivo a las provincias, por valor de 9.500 millones de pesos. A su vez el gobernador de Santa Fe (Binner) presenta esta semana su planteo ante la Suprema Corte para que se coparticipen los fondos estatizados de las AFJP. Frenar la ofensiva de la oposición sobre la caja es el objetivo prioritario de Kirchner, dado que, de no conseguirlo, perderá el control sobre los gobernadores.

Mientras tanto, el 14 de marzo cumplió tres meses el conflicto institucional abierto con el DNU que creó el Fondo del Bicentenario, sin haber sido resuelto.

En Diputados, la oposición esta semana intentará rechazar el DNU firmado por la Presidente el 1 de abril, transfiriendo reservas a la Tesorería, burlando decisiones judiciales a ignorando al Congreso. La Comisión Bicameral que convalida estos decretos, lo rechazó.

En el Senado se tratará nuevamente el acuerdo para la nueva Presidente del Banco Central.

El Juez Oyarbide -cuyo juicio político pidieron cuatro diputados de la Coalición Cívica por la falta de mérito dictada en la causa por enriquecimiento ilícito de los Kirchner- rechazó la denuncia del Ejecutivo contra Redrado por no haber cumplido el primer DNU.

Por su parte, la Suprema Corte podría emitir dos fallos por cuatro contra tres, estableciendo que el DNU solo puede ser utilizado en casos de extrema urgencia y que siempre está sometido al contralor judicial. A su vez la oposición avanza con el proyecto para modificar la reglamentación del uso de estos decretos, para que requieran para su validez la aprobación de las dos Cámaras y no solo de una.

El ministro de Economía (Boudou) comparece el martes ante la Comisión de Finanzas de la Cámara Alta y el miércoles es interpelado en el Senado. Un hecho significativo es que los funcionarios de Hacienda se han negado a pagar deuda con los fondos provenientes del Banco Central, con lo cual, en los hechos, el Ejecutivo sigue sin poder utilizarlos para ello, aunque estén en la Tesorería.

Aunque falta un año y medio para las internas, las candidaturas dividen a la oposición y le impiden una acción política común en el corto plazo. En el PJ disidente, Duhalde ha iniciado su campaña por el Gran Buenos Aires, calificando al kirchnerismo de guapos de opereta.

Reutemann, al decir que está desentusiasmado con la situación política, generó nuevas dudas sobre su candidatura, aunque sus voceros siguen diciendo que no descarta ser candidato. Narváez hizo trascender su decisión de presentarse a la Corte para pedir su habilitación para ser candidato, ante la controversia que genera que haya nacido en Colombia.

Cobos volvió a diferenciarse del Gobierno, diciendo que el poder se usa convenciendo y no imponiendo, mientras que su candidatura hoy divide aguas en la UCR. No solo porque algunos piensan en la candidatura de Alfonsin hijo, sino porque un sector encabezado por el senador nacional Ernesto Sanz se inclina porque el Vicepresidente renuncie ahora para abocarse a la campaña y otro, representado por el diputado nacional Oscar Aguad, cree que debe permanecer en el cargo hasta último momento. Carrió, por su parte, da señales de querer ser candidata, mientras insiste con su cuestionamiento a Cobos y la crítica a la negociación entre un sector de la UCR y el Gobierno.

A su vez, Mauricio Macri lanzó su candidatura desde el centro-derecha, mientras que el centro-izquierda se divide entre un sector más crítico del Gobierno (Solanas) y otro más moderado (Sabatella).

domingo, 14 de marzo de 2010

¿Hasta cuándo Víctor Hugo Morales?


Por Sara María Pisano Costa

Víctor Hugo Morales está furioso con Clarín con un rencor tal que uno se pregunta ¿qué le habrán hecho para que reaccione como un loco enceguecido?

domingo, 7 de marzo de 2010

La mirada de Mario Wainfeld a cargo de la sección Política de Página 12

Por Mario Wainfeld
Jefe de la sección Política de Página 12

Los vetos de la semana que pasó, los que pueden venir. La deliberación, un reclamo que se archivó. Palomas, halcones y jueces en un repaso veloz. La ley de cheque y el Fondo de Desendeudamiento, un territorio a explorar. Destituyómetros en ristre. Los dilemas del bloqueo mutuo y de su salida.

sábado, 6 de marzo de 2010

La Corrupción


Por Ezequiel Nino

Los argentinos estamos en una situación de desprotección frente a la corrupción, flagelo que también hiere la confianza de la ciudadanía respecto de sus representantes.

viernes, 5 de marzo de 2010

Mónica Gutiérrez en una nota exclusiva con Mercedes Marcó del Pont


Mónica Gutiérrez en una nota exclusiva con la presidenta del BCRA que esá en la mira de todos: Mercedes Marcó del Pont.

jueves, 4 de marzo de 2010

Aquel “yuyo” al que aludió peyorativamente Cristina Kirchner en 2008


Por Pepe Eliaschev

El gran negocio será para el Gobierno: más de US$ 8.000 millones que el Estado embolsará ante la inminente cosecha récord de soja, que la Bolsa de Comercio de Rosario estima en 52,5 millones de toneladas.


Aunque hace varias semanas que el país político vive embebido en la discusión por el control del Senado, donde el Poder Ejecutivo perdió la mayoría, el éxito sojero deja enseñanzas tanto o más jugosas para evaluar lo hecho y deshecho por los Kirchner en estos últimos siete años. Tras vituperarlo con crasa ignorancia o estigmatizarlo desde un prisma ideológico, aquel “yuyo” al que aludió peyorativamente Cristina Kirchner en 2008 es cada vez más la estrella insuperable de la producción agropecuaria argentina. Es, además, la gallina de los huevos de oro para los recaudadores.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Una maniobra de obstrucción a la Justicia sin precedentes en la historia Argentina


El análisis político y económico de los doctores Vicente Massot y Agustín Monteverde 

El zorro en el gallinero (I)

El BCRA, nuevamente una dependencia de la Tesorería

• En absoluto secreto, y recurriendo a la estrategia de sólo anunciar el hecho cuando ya estuviese consumado, el gobierno pergeñó un nuevo Fondo —bautizado en este caso “de Desendeudamiento”— por un monto de U$ 4382 MM y cuyo objetivo es exactamente el mismo del derogado DNU 2010/09.

• Para distraer, y a la vez sugerir una condición distintiva que justificase semejante maniobra, el nuevo DNU —anunciado ahora el mismísimo día de apertura de sesiones del Congreso— crea una Comisión Bicameral de Seguimiento de los Pagos de Deuda a los fines de la verificación y control de dichos desembolsos.

martes, 2 de marzo de 2010

Una Triste sesión



Por Eduardo Amadeo

Debo ser cuidadoso en mis expresiones para no caer en la trampa que nos estan tendiendo los K: la de profundizar el enfrentamiento y la crisis política y económica.



No puedo dejar de mencionar el tono vanidoso, autoritario y desafiante de quien debería defender otras virtudes que uniesen en lugar de dividir.



Cristina Fernández de Kirchner dividió la realidad a su gusto, con tal nivel de negación, que no mencionó una sola vez la palabra inflación, y cuando habló de pobreza cometió un furcio grave”hemos redistribuido la pobreza y la inequidad”.



Para cada error buscó un culpable fuera del Gobierno. No hizo ninguna mención del futuro.Ninguna.



Vino al Congreso a restregarnos un DNU ilegítimo, que aumenta el conflicto de poderes y genera mas incertidumbre.



Mientras nos hablaba,ya había retirado los fondos del BCRA. Y, que pasará si le impugnamos el DNU y ya gastó los 4500 millones?



Nuestra estrategia es simple: haremos funcionar el Congreso,haremos respetar la ley. No nos dejaremos avasallar.





Quiero vivir con Cristina


Por Mónica Gutierrez

Quiero vivir en el “país real”, el país de Cristina y los suyos. Ese país sin necesidades ni urgencias.

Ese sitio en el que cada vez hay menos pobres y no existe “clientela” para los políticos. En el país del “todo bien”, del “todo legal”, dónde solo “están tarifados” y se corrompen los jueces y los periodistas.

Quiero vivir en el país del Indec y comprar en el súper donde carga su chango el bueno de Moreno. Quiero creerle al “lindo” de Boudou. Quiero creerle todo y un poquito más.

No entiendo que hago perdida entre estas góndolas en las que subió la carne y los lácteos están por la nubes, justo en este tiempo de vacas gordas y súper cosechas. ¿Qué ráfaga de desdicha me dejó extraviada en este sitio en que la gente, el común de la gente, va de penuria en penuria. ¿Cómo vine a parar a este país “mediático y virtual”, a esta patria inventada por un conjunto de conjurados destituyentes?.

Quiero vivir con Cristina, lejos de preocupaciones inexistentes, de infiernos inventados por los diarios y la televisión. Siempre impecable y felíz.

¿Dónde queda ese reino en que “los precios se reacomodan” pero no hay inflación? ¿Dónde ese paraíso en el que la inseguridad es solo una sensación, un espejismo, de mentes perforadas por los medios?

¿En qué puente hay que bajar para alcanzarlos, para vivir con ellos y cómo ellos?

Quiero vivir allí aunque los pollos vuelen. Quiero comer cosas ricas de verdad, de esas que aumentan el deseo sexual y bajan el colesterol.

Quiero instalarme en ese barrio, les juro, aunque quieran cobrarme el aire más que el impuesto al cheque, aunque tenga que quedarme callada por un rato para no molestar.

La maniobra más perversa de un gobierno


Por Martín Pitton

El kirchnerismo consumó la que, tal vez, sea la maniobra más perversa de un gobierno. Ayer la Presidenta demostró que no sólo está dispuesta a "ningunear" al Congreso, que ya no le responde como antes, sino que también no reconoce la decisión de millones de argentinos que se expresaron en las urnas en pos de un Poder Legislativo que la controle.

Cristina Fernández de Kirchner dejó para el final de su extenso discurso, el anuncio de la derogación del DNU que creaba el Fondo del Bicentenario y la firma de uno nuevo en línea con el anterior; al que ni siquiera se animó a denominar de forma clara que daba nacimiento al Fondo de Desendeudamiento Argentino. Simplemente, se refirió a que había firmado un decreto con acuerdo general de ministros, que es uno de los requisitos que establece la Constitución Nacional para el dictado de un DNU. Así, la apropiación de las reservas para pagarle a los deudores privados se había consumado, mientras llamaba a dejar las ambiciones personales para debatir los temas centrales de la Argentina. Todo una falacia perversa.