sábado, 20 de marzo de 2010

Como dijo el senador Luis Alberto Viana fue una "reunión social en la que sólo" habló la presidenta


Como en otros tiempos, hubo asado compartido por legisladores y funcionarios oficialistas en el Quincho de Olivos. Lo encabezó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, de quien sus invitados debieron escuchar un discurso de aproximadamente una hora en el que hubo, amén de algunas anécdotas sobre su pasado político, una renovada carga contra la oposición.


El encuentro fue, sobre todo, un asado de camaradería para mantener la unidad K en las Cámaras. Pero en su discurso, la presidenta no hizo mención a la estrategia legislativa –más allá de algún llamado al diálogo y a "evitar que la oposición choque el Parlamento"- ni a la coparticipación del impuesto al cheque que la oposición quiere modificar. En la reunión hubo un faltazo notorio, el del senador misionero Luis Alberto Viana, que avisó además que votará con la oposición en el impuesto al cheque.

En el quincho de la residencia de Olivos, Cristina sostuvo que el balance del Legislativo era "absolutamente positivo" cuando el kirchnerismo tenía la mayoría pero que eso cambió cuando "el grupo A (la oposición) llegó al Parlamento". "Nunca se vio una cosa igual a la que se está viendo en el Senado. Nunca se vio un escenario de gente que no sabe qué hacer. Y hay una razón sencilla: (los opositores) no son una mayoría política; tienen diferencias; tienen proyectos encontrados", atizó la Presidenta.

En más de un pasaje, hizo mención al pasado de los opositores por la Alianza que llevó al Gobierno de Fernando de la Rúa, aunque con una comparación negativa para los dirigentes actuales: el arco opositor actual, dijo, "es más heterogéneo, menos consistente, menos armónico que la Alianza". Sin nombrarlo, del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, dijo que "no hace nada" y les echa la culpa a otros.

También abundó en los cuestionamientos a la jueza María José Sarmiento, que en enero falló dos veces contra el Gobierno en el marco del conflicto por las reservas y cuyo padre, el coronel retirado Luis Alberto Sarmiento, sufrió ayer una orden de detención luego revocada en el marco de una megacausa por Derechos Humanos que se sustancia en Misiones. Cristina aseguró que el Poder Ejecutivo no sabía que la Secretaría de Derechos Humanos "había querellado al padre de esta jueza" y que, de haberlo sabido, la hubieran recusado. Pero también resaltó que la situación era causal no sólo para la recusación sino también para "la excusación" por parte de la magistrada.

A los legisladores que la estaban escuchando, les agradeció "la pelea que dan todos los días" y los llamó a dar "mucho debate pero también mucha explicitación y relato público de lo que pasa". También elogió distintas medidas de su Gobierno, sostuvo que "la economía anda muy bien" y anticipó que pronto habrá novedades sobre el canje de deuda.

El de hoy fue el primer asado kirchnerista con los legisladores oficialistas, algo que era habitual en los gobiernos de Eduardo Duhalde y Carlos Menem. En la mesa presidencial -la de Cristina- estuvieron los jefes de las bancadas K en Diputados, Agustín Rossi, y el Senado, Miguel Pichetto; el vicepresidente provisional del Senado, José Pampuro; y el titular de la Cámara baja, Eduardo Fellner. Otra de las presencias centrales fue la del ex presidente y hoy diputado Néstor Kirchner.

El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, llegó a la quinta presidencial más bien tarde, alrededor de las 12:45. Otros llegaron antes del mediodía. Algunos llegaron con pequeños anuncios: el titular de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de Diputados, Gustavo Marconatto, confirmó que el ministro de Economía Amado Boudou fue convocado para el jueves a las 18 al plenario de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y Economía y Finanzas (era lo que pedía Boudou, que con la excusa de que iría de una vez a las dos comisiones había dejado plantados a los diputados de Finanzas que lo habían citado).

El que no apareció por la quinta fue el senador kirchnerista por Misiones Viana, quien, además, calificó al almuerzo como una "reunión social en la que sólo" hablaría la presidenta. Viana comenzó a tomar distancia del bloque al que pertenece (el K) al anticipar que votará junto con la oposición a favor de aumentar la parte coparticipable del impuesto al cheque, que hoy va mayormente a las arcas de la Nación. Con el gesto de hoy, parece haberse alejado un poco más.

Fuente: Clarín

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