Alberto Fernández cree que él lo inventó a Kirchner

Por Guillermo Cherashny

El ex recaudador bonaerense Santiago Montoya decidió no aceptar ningún cargo en la administración Scioli y se integró a un nuevo espectro político con Alberto Fernández y Juan Manuel Urtubey, entre otros, que es una burda imitación de la tercera fuerza chilena encabezada por Marco Henríquez Ominami en Chile y en nuestro país.

El nuevo proyecto se las verá complicadas para contar con partido político propio, debido a las nuevas exigencias de la reforma política.

Alberto Fernández presume de hacedor de presidentes y cree que él lo inventó a Kirchner. Esto fue cierto al principio, cuando éste era un candidato testimonial en el 2002. Pero cuando Artemio López le diseñó la campaña y convenció a Juan José Pampuro y Juan Carlos Mazzón de que Kirchner debía ser el candidato de Duhalde, éste terminó diciendo que sí.

Y Kirchner ganó como la continuidad del gobierno duhaldista. Después Alberto Fernández, como Jefe de Gabinete, tuvo un rol importantísimo en el régimen autoritario que hasta hoy continúa sin su presencia.

Con él -y gracias a él- empezaron las pinchaduras sistemáticas de teléfonos y correos electrónicos, los decretos presidenciales prescindiendo del Congreso, la mayoría automática de las dos cámaras. Y también el manejo con mano férrea de los jueces federales a través de su consejera y socia Marcela Losardo, inventora de la cooptación por soborno de dirigentes de otros partidos, como la presentación de Borocotó en la rosada, después de haber sido electo por el PRO.

Más de lo mismo

Es decir que la Argentina futura de Alberto Fernández es, en realidad, la Argentina pasada, aunque él la quiera vestir de otra cosa.

Su reivindicación de todo lo ocurrido hasta el 2007 nos exime de todo comentario. Él es el responsable de "venderle" a la opinión pública y a los medios que con CFK se mejoraba la calidad institucional, cosa que sabía que era mentira.

Lo que él intentó fue un proyecto personal al estilo Rasputín: es un proyecto personal manejando a una presidenta que no tiene capacidad de gestión y alejando a Néstor Kirchner de las riendas del gobierno. Si bien es obvio que Cristina Fernández no sabe gobernar y que se dedica a las relaciones públicas y agresiones desde el atril, no lo es menos que "el dueño" no era otro que Néstor Kirchner.

Es cierto que Alberto F. alguna intención renovadora tuvo al incluir a Martín Lousteau como Ministro de Economía. Pero subestimó el papel de Guillermo Moreno como el verdadero representante de Kirchner en el gobierno. Pero en este período se hizo fuerte Aníbal Fernández al superar a Guillermo Moreno en obsecuencia e inteligencia.

Puestas así las cosas, si Alberto F. llega a conformar una tercera fuerza con este conjunto de disconformes del kirchnerismo esparcidos por todo el país, de intendentes y algunos gobernadores, su posibilidad de máxima será representar al oficialismo si Kirchner finalmente no es candidato.

Este 2010 no será la excepción a lo que ya tenemos. La inflación creciente -especialmente la de alimentos- aleja del gobierno a cualquier familia, empleada en blanco, informal o en forma autónoma.

Seguirá la pérdida del poder acquisito que ya originó la derrota del 28-j. En algo Argentina futura de Alberto F. tendrá una ventaja: será la única lista peronista si gana una interna del PJ para garantizarle impunidad a los K y a ellos mismos. Pero también, pese a la enorme masa de recursos que manejarán, podrían perder ante el peronismo federal.

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