sábado, 21 de noviembre de 2009

El matrimonio Kirchner se ha puesto un traje de amianto


Por Alfredo Leuco

El matrimonio Kirchner se ha puesto un traje de amianto que no les permite detectar los altísimos niveles de irritación social que han cosechado. Es el principal subproducto de su bulimia de poder. De esa carrera desenfrenada en círculos concéntricos cada vez más chicos que les hace perder el olfato político y la sensibilidad popular necesaria para poder discernir lo que es bueno o malo para ellos mismos.

Por eso han multiplicado los gestos autodestructivos y suicidas. Todas sus zancadillas y presuntas avivadas han logrado erosionar la confianza del ciudadano hacia la dirigencia política. Eso es muy peligroso porque astilla el valor de las instituciones republicanas. Y es una de las peores herencias que van a dejar: la sospecha permanente de que todos los políticos tienen precio.

El ejemplo mas caricaturesco fue el triste espectáculo boxístico que ofrecieron Aníbal Fernández y Mauricio Macri. Parecían escenas del viejo cine en blanco y negro donde dos grandotes parados en el centro del ring se intercambiaban mamporros cada vez mas fuertes esperando que el otro se caiga.

Una irresponsabilidad parecida a una ruleta rusa. Una lucha en el barro para ver quien es más destituyente. ¿El Watergate o Collor de Melo? ¿El espionaje o la corrupción?

La impericia del gobierno de Macri, la falta de iniciativa política que lo llevó a correr detrás de los acontecimientos para tapar agujeros , cierta ingenuidad imperdonable a esta altura y una gestión que no despega, le produjeron su mayor herida.

Néstor Kirchner, ni lerdo ni perezoso, olió sangre y como buen tiburón justicialista se le tiró a la yugular. Cree que Macri es el enemigo perfecto. Pero su gran problema es su propio desprestigio y la falta de credibilidad de su vocero, Aníbal Fernández. Ambos están entre los argentinos con mayor imagen negativa y Macri, todavía ocupa los primeros lugares en la consideración pública aunque la valoración de su gobierno viene cayendo.

El alquiler de conciencias o el tráfico de votos es un síntoma de una grave enfermedad social. Sincericida, Ricardo Colombi dijo “estas son las condiciones y hay que aceptarlas”. Esa actitud de resignación de la dignidad y sometimiento al poder central del dinero siempre existió. Coimas hubo siempre. Banelcos también. Pero fueron excepciones o emergentes de situaciones coyunturales.

Lo desesperanzador es que Néstor Kirchner las convirtió en políticas de estado, en un plan sistemático que, por ahora, funciona a la perfección. En un modelo de conducción. Varios quieren denunciarlo ante la justicia como un delito. Dicen que retener fondos de otros o ningunearlos es un abuso de poder y mucho mas si se ejerce desde el cargo de esposo en jefe. Prostituir la política es entrar en la lógica de los infames traidores a la patria. Por mas trajes de amianto que se pongan.

Otras Notas:
Fernandez: "Mauricio Macri debería renunciar"
Jorge Lanata con Ernesto Tenembaum y Reynaldo Sietecase
Encuesta-Presidenciables y futuros presidentes
El matrimonio presidencial enhebra todas las semanas una ristra de anuncios vanidosos
Realidad Nacional con "Buena Onda" - El Video
Ley de Reforma Política-Dispone la caducidad de los partidos chicos
Milagro Sala - El negocio del hambre
Los Kirchner deberían ir a juicio político por inc...

No hay comentarios:

Publicar un comentario