lunes, 24 de mayo de 2010

La ausencia de CFK al desfile militar


Por Jorge Héctor Santos

El desfile militar alegórico al Bicentenario de la patria, para quienes gozan de memoria, ha sido el desfile más taciturno, oprobioso y desolador del que se tenga recuerdo y mostró la decadencia Argentina.

El marco que familias enteras con sus pequeños hijos le pusieron a lo largo de varias cuadras de la avenida 9 de Julio se vio opacado por la irrespetuosa forma que tienen los Kirchner de trato con hechos trascendentales de la patria donde, al menos, la presidente Cristina Fernández de Kirchner no podía haber estado ausente por su doble carácter de presidente de la Nación y de Comandante en jefe de las 3 armas.



No hay explicación alguna para justificar su ausencia, ni siquiera la mentira más inverosímil con las que este gobierno tiene acostumbrado al pueblo. La ausencia de la presidente significó un nuevo agravio a las fuerzas armadas del pueblo argentino, que masivamente fue a aplaudirlas y a vivirlas.

Asimismo, la falta de presencia de la presidente puso al desnudo en qué condiciones de discordia nacional se llega a este festejo.

El palco oficial mostró el grado de ausencia en la convivencia democrática que tienen los Kirchner con todas fuerzas políticas que no son serviles a ellos. El vicepresidente de la nación, Julio Cobos, le guste o no a la extraña pareja presidencial debió haber presidido el acto. El jefe de gobierno de la Ciudad de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, donde se desarrolló la ceremonia debió haber estado invitado. La lista de presencias elementales excluidas es más extensa de lo que el recuento permite.

El jefe de Gabinete de Ministros, que nunca se reúnen, Aníbal Fernández presidiendo un acto tan solemne habla a las claras de la ruindad con que se encaró el mismo.

La demostración de aniquilamiento que los habitantes de Olivos han hecho del poderío bélico de las fuerzas producto del revanchismo que los moviliza quedó demostrado por la pobreza expuesta. Una exhibición desdeñosa a la dignidad de la argentinidad.

La transmisión de la TVK estuvo acorde con el acto. Una locutora carente de expresividad, solemnidad y sentimiento trató de describir con sus palabras la historia acotada de los regimientos o batallones participantes.

El mal tiempo, fue una buena excusa, para que los únicos 20 aviones que en un esfuerzo descomunal el gobierno alistó para que estuviesen operativos y pudieran cursar el cielo de la patria, no lo hicieran.

La destrucción de la Argentina saltó a la vista de todos, una vez más.

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